Troisi, Santiago – Enfocados

Troisi, Santiago (? - 1923)

Nacido en Gorizia (Italia), un aviso del diario Los Principios del año 1906 notifica la presencia de este fotógrafo, ocupando el local ya mentado de la calle San Jerónimo 82 (luego, 166). La difusión de su actividad en guías comerciales y periódicos fue escasa [1] , y sus testimonios visuales no son muchos; sin embargo, es uno de los primeros y más conspicuos comerciantes de la imagen, ya que participa en los circuitos de la reproducción de inicios del siglo XX.

Salón de pose de la casa Troisi. Anuario Kraft 1908. Gentileza Rosario García de Ferraggi y Abel Alexander.

Frente y dorso de la familia Farga y Céspedes. Ca. 1902, Fotografía: 22,4 x 16 cm. Colección Rosita Rovelli.

Troisi tuvo varias actividades: fue también comerciante y martillero público, según especifican testigos al momento de recibir este último título, quienes dicen conocerlo desde hace 20 años. Expresan en sus declaraciones: “en ese período ha ejercido el comercio por cuenta propia en la compra y venta de mercaderías generales durante muchos años y con posterioridad en el ramo de la fotografía hasta hace un año más o menos, radicado siempre en esta ciudad, en sus negocios, con algunos intervalos en que se ausentaba por razón de los mismos” [2]. Seguramente, se refieren a sus viajes por la provincia para obtener fotos turísticas o bien por encargo del mundo intelectual, científico y comercial. Incluso, se adaptó al circuito de las editoriales de postales, revistas y álbumes. De su autoría son las primeras tomas de interiores y exteriores de comercios, actos públicos, por ejemplo:

Interior de Almacén Italiano de Luis Carrara. Córdoba capital. 1904. Gentileza Familia Carrara.

Exterior de Almacén Italiano de Luis Carrara. Córdoba capital. 1904. Gentileza Familia Carrara.

Frente de fotografía de la familia Tettamanti. 1908. Marco: 32 x 25 cm. Foto: 23 x 17 cm. Colección Rosita Rovelli.

Troisi es también el fotógrafo que registra eventos nocturnos, tanto fiestas en el patio de la Universidad como en los salones del Club Social, o noches de tertulia en el Café del Plata.

Frente y dorso de fotografía de interior del teatro Rivera Indarte. 29 de abril de 1907. Archivo General de la Nación. Gentileza Julio Rebaque de Caboteau.

Fotomontaje en Revista Athenas, diciembre de 1903 Córdoba. p. 63

Participó con sus obras en varios salones, como en el hall de La Prensa y en alguna exposición de Francia, según recuerda su nieta. Es posible que su renombre en el mundo intelectual y periodístico se acrecentó por ser hermano de Eugenio Troisi, pensador anarquista y compositor musical, quien escribiera: L’ Argentina Agrícola, Cordova e le sue colonie, cuya portadilla dice que contiene más de un centenar de ilustraciones en fotozincotipia.

Ligado al mundo del periodismo, sus tomas se publican en el folleto Homenaje de la Revista Athenas al ilustrísimo obispo Fr. Fernando Trejo y Sanabria fundador de la Universidad de Córdoba, diciembre de 1903, en el Atlas de Geografía de Córdoba, de 1905. Así como también en el diario La Voz del Interior, en la revista Caras y Caretas, [3] en el Álbum Historiográfico de la República Argentina 1810-1910, Tomo II, editado en Buenos Aires, por Cabral, Font y Cía; en el diario La Nación; en el Álbum Comercial, Industrial y Agropecuario, 1920, Año 1, Núm. 1, compilado por el Departamento Comercial del Ferrocarril Central de Córdoba, Imprenta de José Tragant, Buenos Aires del Ferrocarril Central Córdoba de 1920.

Revista Caras y Caretas. 3 de abril de 1909. N°549. p.114.

Por otra parte, sus retratos se distinguen por sus formatos y soportes diferentes.

Frente de retrato de Pedro Rovelli, ca. 1910, 20 x 15 cm. Colección Rosita Rovelli.

Frente retrato de niñas en primera comunión. ca. 1910, 17,5 x 12 cm. Colección C. Boixadós.

Frente de fotografía. ca.1910. Obsérvese que el niño está muerto. 18 x 12 cm. Colección Alberto Enrique Ortiz.

Sin embargo, su prolífica producción se perdió en gran parte a causa de un incendio el 12 de abril de 1912 en su casa comercial en la calle San Jerónimo 163 entre las calles Buenos Aires e Ituzaingó. El diario local La Voz del Interior notifica la catástrofe con el titular: “Pérdida sensible. El arte y el fuego” en su ejemplar del mismo día.

El fuego acabó de golpe con la magnífica colección de negativos que Troisi guardaba como un tesoro, que lo era verdaderamente. Todos ellos, un número de más de dos mil se han hecho añicos y el arte pierde ese espléndido concurso de acción y de competencia que diera a Troisi, títulos merecidos de artista legítimo en la fotografía de motivos de la naturaleza. Es Troisi el primero y el más eficaz propagandista de las bellezas incomparables de nuestras serranías cordobesas y tal vez no halla colección universal, revista gráfica, álbum alguno en que no registren los paisajes y encantos de nuestras sierras, en que no haya puesto Troisi, la colaboración descollante, la mejor.

El expediente judicial de este accidente da a conocer la disposición de las habitaciones y otras características del rubro. Expresa: “iniciándose el fuego en una de las habitaciones del segundo zaguán destinado a laboratorio de la cual se comunicó el fuego a las otras inmediatas”.[4] El expediente, que fuera publicado en el diario La Voz del Interior, informa que Troisi había permanecido en su negocio hasta las 11 pm., es decir, no estaba en el momento del hecho, como tampoco sus empleados, Martín Ludueña, Ignacio Durand y Silverio Bustos. Todos los nombrados estaban detenidos e incomunicados por orden del Juez de Crimen de Turno, el Dr. Carlos S. Tagle, fechada el día siguiente.

También informa que la propiedad estaba asegurada en dos compañías, North British Mercantile y Northern Assurances Company Limited por el valor de 25.000 pesos en cada una.[5]

El inmueble alquilado era de dos plantas, contaba con dos patios y dos zaguanes. El laboratorio ocupaba una habitación del segundo zaguán, entre una pieza toilet y el cuarto de impresiones, desde donde se había originado el incendio debido a una complicada instalación eléctrica, según determina el peritaje de Adolfo Doering. Ese informe, sostiene el juez Carlos Tagle, libera a Troisi de culpa y cargo, por lo cual quedó instrumentado:

“[… ] que por las declaraciones de las personas nombradas, se presume que el referido incendio se produjo de una manera casual o por lo menos que no ha intervenido una mano extraña.[… ] Estas declaraciones corroboradas por el informe del perito, que no ha podido descubrir la causa generadora del incendio y lo atribuye pura i exclusivamente a la complicada instalación eléctrica de la Fotografía, que pudo por un simple contacto causar el incendio, demuestran evidentemente que tanto el dueño de la casa como sus empleados, no tienen responsabilidad alguna por el hecho que ha motivado este sumario.”[6]

La información precedente sugiere la importancia del comercio y permite entender también -en relación con el número de empleados- que el sello de Troisi estuviera estampado en imágenes de un amplio espectro geográfico de esta y otras provincias, al asistir con su cámara a los científicos de la Academia Nacional de Ciencias. [7]